El aroma del amor
La historia forma parte de nuestra vida; de nuestro ser. La historia nos ha permitido conocer historias formidables de las cuáles todavía estamos aprendiendo hoy. Pero, ¿toda la historia se basa en las batallas revolucionarias de la sociedad? ¿En la guerra? No.
La historia del amor también tiene su protagonismo, y en este caso proviene de algunos de los perfumes más importantes del mercado.
En Zhazz nos gusta hablar de amor; nos gusta hablar del romanticismo de las acciones que llevamos a cabo las personas. Y si así es no es por otra razón que porqué somos aquellos que todavía creen que del amor se puede extraer una historia realmente bonita de recordar… En muchos casos.
Es por eso que, en nuestro día a día, nos dedicamos a buscar historias que nos inspiren, historias que nos emocionen, historias que deban ser conocidas por el mayor número de personas posibles. Y en este caso, no vamos a diferir.
Demostrar el amor hoy en día hacia otra persona es realmente complicado si pretendes hacerlo de una manera creativa y genuina. Parece que las ideas más “extraordinarias” han sido ya reutilizadas por cantidades abrumes de personas… Estamos acostumbrados a ver flashmobs para hacer la pedida de mano, a interrumpir conciertos de las estrellas más multitudinarias o a hacerse cargo del interfono de un avión en pleno vuelo para reivindicar el amor que se tiene hacia otra persona. Sin duda alguna, es algo bonito que vale la pena recordar.
Lo que nos preguntamos, entonces, a la hora de plantear estas palabras fue: ¿Cómo se demostraba el amor hace apenas un tiempo?
Para poder responder a esta pregunta cogimos como referencia el artículo publicado a principios de año en la revista Harper’s Bazaar, escrito por Mamen Infanto.
El siglo XIX y XX fue característico por demostrar el amor y afecto a través del aroma. Sí, sí, lo habéis leído bien; el aroma. Y es que el romanticismo ha sido la inspiración de algunos de los perfumes con más lujo del mercado actual, cuando no existía otro argumento de venta que precisamente el del amor.
No nos vamos a engañar; hoy en día los perfumes son concebidos a partir de exigentes “brainstormings” a través de los cuáles se pretende realizar una expresión abstracta de conceptos como la feminidad, la hombría, la reivindicación o la libertad, todo con el objetivo de aumentar la venta de las marcas de perfumería, y, si cabe, de cosmética.
Y es que a pesar de que esto es lo que se lleva a cabo, existen aquellos como Zhazz que en ocasiones echan de menos las verdaderas razones de ser de algunos aspectos de nuestra vida, aquellos que se basaban única y exclusivamente en las emociones que se despertaban en nosotros. Ya lo dicen en la mencionada revista, “¿Qué ha pasado con el uso de la emoción para ponerte en la mesa a trabajar y mezclar aromas?
Los perfumes tienen historia, en algunas ocasiones de amor, en otras de desamor… De relaciones tormentosas, de relaciones de cuentos de hadas… Al fin y al cabo, de historias auténticas.
Es por eso que, a continuación, nos gustaría mostrar un seguido de curiosidades que explican la historia de algunos de los perfumes de las marcas más reconocidas:
1. Jicky, de Guerlain
Fue a finales de siglo XIX, concretamente en 1889, cuando Aimé Guerlain decidió inventar un aroma inspirado por aquella joven inglesa de la que estuvo enamorado en su período de estudiante y con la que nunca tuvo la oportunidad de volver a encontrarse, creando un producto basado en el “despertar de las emociones”; un producto unisex con un rotundo efecto animal que no llegó a ser tendencia hasta un siglo y medio más tarde.
2. Femme, de Rochas
El matrimonio es algo que en ocasiones puede estar conducido por la pasión, y así lo demostró el modisto Marcel Rochas, quien tenía la necesidad de hacer un monumento para su mujer Hélène, realizando una fragancia que hablara maravillas de ella, así como de su exacerbada sensualidad.
3. Petite Chérie, de Annick Goutal
No todas los perfumes han tenido que ser inspirados por el amor sentimental de pareja, pues Annick Goutal quiso mostrar, a finales de los noventa, una fragancia que nos transportara a cada uno de nosotros a los recuerdos de nuestra infancia, y es que su creación, “Petite Chérie”, está dedicado a su hija Camille para que, según Bazaar, “no perdiera su inocencia a pesar de convertirse en una mujer”.
4. L’Interdit, de Givenchy
Otro de los tipos de amor que más apreciamos en la sociedad es el de la amistad, y así nos lo hizo saber Hubert Givenchy, creando un perfume para la actriz Audrey Hepburn, un perfume que solo llegaría a tener ella.
Fue en 1957 cuando se decidió comercializarlo. Su nombre, “Interdit” (prohibido en francés), fue escogido precisamente por eso, porque se suponía que era una fragancia prohibida para el público.
¿Sorprendido/a? ¿A qué resultaría imposible que se pudiese extraer alguna historia de estas características de algunos de los perfumes que han sido creados hace apenas unos años?
Apreciar la manera con la que se hacían determinadas cosas en el pasado no debe ser algo de lo que avergonzarse; sino más bien al contrario, algo de lo que debamos sentirnos especiales, pues, por desgracia, ya no queda mucha gente así en el mundo.
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Agradecimientos: Pixabay