Conócete a ti mismo (y al otro), ahora que tienes tiempo.
Leo en un periódico de tirada nacional lo siguiente… “deslizar las imágenes de los solteros en tu aplicación de citas se ha convertido en algo aburrido y cada vez hay más conversaciones entre los usuarios, que están poniendo de manifiesto la importancia que tiene el conocer emocionalmente a alguien especial más que físicamente”.
Ha hecho falta que estemos por decreto encerrados en nuestras propias casas para darnos cuenta de la importancia de conocer al “otro” emocionalmente más que físicamente. Hasta mi abuela, que no conoció Internet, y era muy sabia lo decía, lo sabía y lo enseñaba: “Las apariencias engañan”.
Cuando me veía tontear con alguna “moza” (sé que suena “raro” pero era así), y me veía excesivamente entusiasmado por sus lindezas físicas frontales, laterales, o colaterales (cada que uno que imagine lo que quiera)… ella solo me decía que se la presentara como el que no hace nada para tener una conversación con ella… y en una conversación que podía ser más o menos larga le hacía “la ficha” con una precisión que el tiempo convertía en “ficha científica”. Es lo que tiene haber tenido una abuela “conversadora”, que no es lo mismo que “cotilla”. ¡Odiaba los cotilleos! (si viviera hoy no estaría viendo todas las tardes algunos programas de Tele 5, estaría leyendo la prensa o tejiendo un jersey).
Creo que ante tanta tontería, pose y venta barata del chasis por internet… “las personas” (una a una), y no digo “la gente”, necesitan hablar cara a cara o pantalla a pantalla más que nunca, porque en las conversaciones puede que un chasis de Ferrari se convierta en unos minutos en un chasis de desguace, y al contrario un chasis como quien dice “sin marca” (de los que pasan desapercibidos) se convierta en unos minutos en una persona muy muy interesante, que tiene valores, que te aporta algo, que te ríes, que te hace llorar, que tienes una sensibilidad especial, que tiene una cultura que… vamos que del chasis inicial (que era el primer filtro internetero)… ni te acuerdas.
Y es que en las conversaciones nos reflejamos todos porque por la boca, tarde o temprano sale lo que de verdad pensamos y por lo tanto somos.
¿Qué el chasis tiene su importancia? Pues claro… es como el titular de un anuncio publicitario que pretende llamar la atención… pero si cuando entras en la letra del anuncio hay humo y no hay argumentos el anuncio pasa a mejor vida en segundos… por eso hay que leer el titular y acto seguido quizás descubres que en el texto está (para ti) el verdadero titular: esta persona es muy interesante en “esto”… ¡y él o ella ni lo sabe!
Por eso, ahora que tenemos más tiempo con lo del confinamiento, conócete a ti mismo y conoce al otro conversando, es uno de los lados buenos del lado malo: tener tiempo para conversar y, por lo tanto, conocer al otro “de verdad”.