Amor, ese sentir irracional que podríamos resumir en aquel conjunto de emociones se nos despierta de golpe y a la misma vez en su máxima expresión, desde la alegría a los nervios, del miedo a la furia, de sentir rabia a sentir tristeza o incluso euforia.
Érase una vez, una corporación dedicada a las comunicaciones y al entretenimiento decidió que el amor se basaba en el rescate de una bella y dulce princesa gracias a un apuesto y valiente príncipe, y durante mucho tiempo éste ha sido el procedimiento aceptado y normalizado por la sociedad. Estamos en el S.XXI, y hay que cambiar la perspectiva.